Phinbella-Tu reflejo, parte 3.

Como de costumbre Phineas y Ferb se habían levantado temprano a pesar de ser sábado.

- ¿Cómo dormiste hermano? - Pregunto Ferb al ver unas pequeñas ojeras en los ojos de su hermano.
El pelirrojo no respondió, el sueño que tuvo era algo incomodo de contar pero debía admitir que le había gustado la mitad del mismo.
- ¿Y bien? - Pregunto insistente.
- ¿Estas hablando mucho no? - Trato de evadir la pregunta.
- Y tu muy poco, además sabes que ya hablo un poco más.
- Bueno tuve un sueño que me despertó en la madrugada - Dijo algo nervioso.
- O si creo que desperté pero el sueño me gano y me volví a dormir.
- Ya lo se, me ignoraste - Dijo este serio.
- Lo siento y de ¿Qué trataba?
- ¿Ahora si quieres saber? pues ya no lo recuerdo - Dijo acariciando el pelaje de Perry quien estaba sobre sus piernas mientras ambos hermanos veían la tele.
- Pues no te creo pero ya que - Se rindió y comenzó a cambiar canales.
- ¿Deberíamos despertar a Isabella para que desayune? - Pregunto Phineas.
- No, hay que dejarla dormir a de estar cansada, en un rato si no despierta la llamamos.
- Bien, sabes creo que seria un lindo detalle llevarle el desayuno a la cama - Dijo algo sonrojado.
- Esta bien  pero primero hay que comer nosotros.

Paso como una hora y dieron las ocho.

- Ya hay que hacerle el desayuno a Is, creo que si hay que despertarla seguro aun  duerme  - Dijo Phineas - Ferb tu empieza yo iré a despertarla - Ferb levanto el pulgar desde la cocina y Phineas subió las escaleras.
- Ugg - Se quejaba la pelinegra desde el interior de la habitación.
- ¿Isabella puedo pasar? - Dijo apoyando su oído en la puerta.
- Adelante - Respondió ella.
- Creí que dormías ¿Todo bien? - Pregunto el pelirrojo entrando y quedándose a un lado de la puerta.
- No ¿Cómo puedo tener ropa tan rosa? - Decía viendo las prendas que estaban en su maleta del mismo color.
- Amm Izzy es tu color favorito - Respondió Phineas arqueando una ceja.
- Que horror, esto es del siglo pasado ¿Crees que podrías llevarme a mi casa por otra ropa?
- Si claro, amm vives enfrente pero te puedo acompañar.
- Sabes mejor no, solo me pongo algo de esto y me voy.
- Pero Isabella el doctor dijo que debías reposar.
- Ese doctorcito no me manda Phineas.
- Isabella...
- Solo será un momento y regreso no es para tanto.
- De acuerdo ¿Pero ya te sientes mejor cierto?
- Si. Amm debo vestirme podrías...
- Oh claro me voy, estaré haya abajo.
- De acuerdo.
Phineas bajo y fue directo con su hermano.
- ¿Ya despertó?  - Pregunto Ferb.
- Si, esta algo rara.
- ¿Qué quieres decir con rara? rara como siempre o rara diferente.
- Diferente, me dijo que no le gustaba su ropa.
- Son cosas normales de chica, hay Phineas parece que no has vivido con nuestra hermana, no te preocupes.
- Si, pero ella parecía no saber en donde vive, por cierto ya no sigas cocinando.
- Lo de donde vive si ya es algo más raro pero ¿Por qué ya no quieres que le haga el desayuno?
- Isabella dijo que iba a ir a su casa para conseguir otra ropa.
- Esta bien.
Pasados unos minutos se escucharon algunos pasos provenientes de la escaleras, era Isabella que bajaba sin muchas ganas y casi arrastrando los pies tenía unas ojeras muy pronunciadas y sus ojos estaban un poco rojos como si no hubiera dormido ni un segundo.

- ¿Segura que estas bien Izzy? - Insistió el pelirrojo una vez más.
- Si - Dijo casi levantando la voz.
- Bien, me alegra - Respondió Phineas.
La chica salió de la casa sin decir más, iba caminando cuando de pronto escucho que la llamaban y se detuvo a mitad de la calle.
- ¡Isabella! - Grito un chico apuesto de ojos color marrón y cabello castaño no era muy alto, de echo era de la estatura de la chica.
- ¿Te conozco? - arqueo una ceja.
- Claro que sí Isabella ¿Estas bien? Te veo no se diferente.
- Con diferente te refieres a que ahora soy más linda ¿no? - pregunto con la voz lenta, una sonrisa de lado y la mirada fría.
- Amm sabes que yo siempre te veo linda.
- Buena respuesta - la chica suavizo su mirada - Me agradas.
- ¿A sí?
- No te emociones amigo - respondió mientras se volteaba para seguir su camino.
- ¡Espera! - dijo el chico tomándola del brazo - Se que siempre me dices que no pero quería saber si ¿quieres salir conmigo
- Emm ¿Qué tan alta es tu posición social?
- ¿Qué?
- Ya sabes ¿Vienes de buena familia?
- Si, pero ¿Por qué preguntas?
- Acepto.
- ¿Enserio estas aceptando la cita? - respondió totalmente sorprendido.
- Si ¿Qué hay de raro?
- Amm déjalo así ¿Paso por ti hoy en la noche?
- Hoy no, tengo algunos asuntos que resolver pero mañana puedes pasar por mí.
- De acuerdo lo hare - dijo mostrando una gran sonrisa.
- Por cierto tienes que pasar por mi a casa de Phineas y Ferb.
- ¿Qué? - de inmediato su sonrisa se desvaneció - ¿Por qué a casa de ellos?
- Me estoy quedando con ellos unos días por que mi madre salió.
- Oh Entiendo.
- Bien, debo ir a casa te veo mañana...Ah- la chica entrecerró un ojo mientras lo señalaba.
- Alexander - la chica abrió los ojos como platos.
- ¿Alexander?
- Sí ya lo sabías ¿Por qué actúas como si no me conocieras?
- Yo...solo jugaba no te lo tomes personal... - le respondió mirándolo fijamente.
- ¿Qué?
- Es que tal vez no te lo había dicho pero...me encanta tu nombre -hace una pausa y lo mira fijamente - Adiós Alexander - le dijo con una mirada intensa y con la voz lenta a la hora de decir el nombre del chico, saboreando en su lengua cada silaba. No espero a escuchar  respuesta solo le dio la espalda al chico y continuo caminando.
- Umm Alexander, esto se pone interesante - se dijo a si misma la chica.
Con las llaves que había hallado en la chamarra que llevaba puesta la noche anterior abrió la puerta de la casa y entro de inmediato. Cerro al instante y miro a su alrededor.
- ¡Que horror de decoración! - grito al instante pero luego suspiro fuertemente y cerro los ojos - Calma A...Isabella. Demonios debo acostumbrarme si no quiero volver a fallar - nuevamente la pelinegra suspiro mientras abría los ojos - Calma Isabella esto solo será  temporal - miro a su lado derecho, había una mesa que tenía un pequeño tazón de vidrio y una fotografía enmarcada la cual tomo en sus manos. En la fotografía estaba Isabella junto a su madre, la chica comenzó a pasar sus dedos acariciando el cristal del marco - Tu serás mi salida, tu lograras que todo resulte como yo quiero esta vez - la pelinegra alzo la mirada - Esta vez estaremos juntos amor lo prometo.


CONTINUARA...