PyF-Llegamos a ese futuro

—Te vez hermosa hija—me dice mi madre cuando se aleja unos centímetros para admirar el trabajo que han echo las estilistas conmigo.
—Gracias mamá. Aunque quizás el peinado esta un poco exajerado—respondo viendome al espejo.
—Es la moda en Londres, y bueno es obvio lo apropiado que esta para la ocación—me dice una de las estilistas.
—Odio eso de las modas futuristas—resoplo—Los peinados hace diez años eran más sencillos—por no decir bonitos, pienso.
—¡Ach no admiran mi arte!—grita antes de salir por la puerta donde veo entrar a Candace Flynn mi cuñada.
—Estas bellisíma cuñada—me dice emocionada.
—Gracias, aunque aun no me convence el peinado.
—Esta genial, ¿Sabias qué es la moda en...
—Londres lo sé—la interrumpo.
—No solo en Londres, en toda Europa. Todas las famosas lo están usando en sus bodas.
—Si pero yo no...
—Además ya no queda mucho tiempo. Phineas ya te espera.
—Ok, tendré que salir con este nido con luces extraño en mi cabeza.
—Ya me hubiera gustado a mi casarme en esta época "El futuro"
—Es el presente Candace—digo levantando una ceja.
—Lo sé, lo sé pero la época en la que me case esto aun era el futuro.
—Solo han pasado cinco años.
—Los mejores cinco años de mi vida—responde con una sonrisa idiota—Hay ambos aun eran tan jovenes, no me creo que hoy se estén casando.
—Teniamos dieciséis Candace.
—Bueno pero aun así yo los recuerdo tan jovenes. Y ni hablar de ese otro día, yo predije esto.
Suelto una risita recordando.
—Sí, así es. Ni yo creo esto pero así paso y wow ha llegado la hora de convertirme en la tía Isabella.
Aún recuerdo ese día de verano hace tantos años en los que viajamos en al futuro, no este futuro uno diez años más adelante pero aún así en el que descubrí que algún día sería parte de la familia Flynn Fletcher.
—Candy es hora de salir, dejemos a la novia sola unos segundos—dice mi madre sacando a Candace.
—Mi pequeña Isa, estas por casarte.
—Lo sé mamá—respondo con una sonrisa.
—Aún recuerdo cuando ibas a su jardín todos los días del verano pero no lo...olvidalo. Ire a mi lugar, te veras preciosa al entrar.
—Eso espero—le sonrió nuevamente y se va.
Me miro de nuevo al espejo, el vestido vaya que es perfecto pero ¡Ah! este peinado.
—Te vez hermosa—escucho que dicen tras de mí
—¿Aún con el horrible peinado?—pregunto bromeando mientras me giro para verlo.
—Aún con el horrible peinado—me dice desde el unbral de la puerta con una sonrisa de lado—¿Soy un idiota verdad?—se pone serio y camina hacia mí.
—¿De qué hablas?—pregunto confundida.
—Nada—suspira—Me alegra que en verdad puedas estar conmigo el resto de la vida aunque siendo mi cuñada.
—Soy tu mejor amiga, iba a estar contigo el resto de la vida aunque no me casara con tu hermano Phineas.
Así es, resulta que lo que dijo Candace hace once años cuando yo tenía diez era verdad podría casarme con Ferb y lo hare en unos minutos, Phineas solo fue un amor de la infancia, amor que se esfumo sin ser revelado.
—¿Estas segura de esto?—me pregunta sacandome de mis pensamientos.
—¿Qué?
—Isabella no quiero que tomes una mala decisión por el resto de tu vida, ¿estas segura de esto?
—Cien por ciento segura, pero ¿por qué me preguntas eso?
—Isabella la noche en que ustedes se hicieron novios me sigue pareciendo extraña.
—¿Qué? ¿de qué hablas?
—Bueno para empezar esa chica extraña.
—No era extraña.
—¿No? dijo estar perdida, hizo una llamada cuando llego a casa de mis padres y nos propuso jugar verdad o reto. Si estas perdida en una casa desconocida con gente desconcida ¿Vas a jugar tranquilamente cómo si nada?
—Bueno no, pero quizás era muy sociable. De todas maneras sabía que ya iban a buscarla.
—¿Tan sociable qué siguio siendo tu amiga desde hace tres años?
—¿Qué? Esa es la única vez que la he visto en mi vida.
—Lo sé, pero ¿qué hace en tu boda?
—¿De qué hablas Phineas?—pregunto arqueando una ceja.
—No habría hablado hoy si no la hubiera visto pero esta haya afuera sentada del lado de la novia.
—Imposible.
Toma mi mano y me hace correr sin decir nada.
—Phineas, la boda esta por empezar.
—Lo sé.
Me hace ir por un pasillo estrecho y subimos escaleras hasta parar en el tercer piso, nos asomamos por el barandal y se logra ver toda la iglesia, esta repleta y veo como Ferb va caminando hacia el altar, señal clara de que la ceremonia va a dar inicio.
—Phineas la bo...
—Mira—me señala el lado de la novia, donde se supone estan exclusivamente mis invitados.
Veo a una chica pelinegra con lentes oscuros, parece que se le ha perdido el sol. Pero la chica de la que hablabamos Phineas y yo era castaña y tenía el cabello corto.
—No es ella Phineas la otra era...
—Castaña lo sé pero jamás olvidaría el rostro de la chica que arruino mi futuro.
—¿Cómo qué la chica qué a...
—Te amo, siempre te he amado—me dice con una seriedad y tranquilidad como si fuese algo normal.
Me cuesta creer lo que esta pasando, me sostengo del barandal con una mano para no perder el equilibrio, mis ojos se han abierto como platos.
—Phineas ¡santos cielos! ¿te das cuenta de lo qué estas diciendo?
—Si, se que es una locura y no debería habertelo dicho. Estas por casarte con mi hermano pero como dije no me quedare callado porque ella esta aquí y solo con verla pude analizar todo.
—¿¡Analizar qué Phineas!? ¿qué enloqueciste?
—No, analizar que arruino nuestro futuro juntos.
—¿Qué futuro juntos?—pregunto muy alterada por todo lo que esta diciendo.
—¿Durante nuestra infancia y adolescencia no estuviste enamorada de mí?
Su pregunta llega desprevenida me deja helada y sin palabras.
—Lo supe hace un tiempo pero era tarde porque lucias tan feliz con Ferb, me había dicho que si tu eras feliz yo era feliz y bueno fue el día en que anunciaron su compromiso.
—¿Qui...én te
..lo di...jo?—pregunto sin aire.
—¿Eso importa?
—¿Qui...
—Todo el mundo lo sabía aparentemente Isabella.
—¿Quién te lo dijo?—pregunto con mayor fuerza.
—¡Tu madre!—me grita—Tu madre me lo dijo—dice más calmado.
Realmente me sorprende su respuesta.
—Creyo que debia saberlo. Ella noto cuando salí al jardín de su casa con la excusa de tomar aire luego del "gran anuncio" le dije lo que sentía por tí y ella me dijo lo que tu sentías por mí, incluso pensó que debía confesarte la verdad yo me negue porque quería solo tu felicidad.
—Yo...hay Phineas todo esto es tan, no sé raro. Debemos bajar la ceremonia esta por empezar.
—Solo escucha. Ella intervino en momentos del pasado que ya estaban planeados, prácticamente los cambio con su estupido jueguito.
—¿Cómo qué?—pregunto cruzando los brazos.
—Como que esa noche Ferb iba a tener una cita con su amiga Vanessa.
Alzo una ceja.
—¿Qué?
—Y no la tuvo porque estaba obligado a salir contigo para cumplir su reto, y estaba decepcionado de ella por que esa chica dijo que conocia a Vanessa y menciono que ya tenía novio ¿Pero sabes qué? fue mentira.
—¿Cómo sabes que fue mentira?
—El mundo es tan pequeño que Vanessa fue de vacaciones al hotel donde yo estaba cerrando un contrato hace una semana, hablamos un rato y se me ocurrio preguntarle porque justo estabamos hablando de ustedes, ella no tenía novio en ese entonces, ella quería a Ferb y estaba segura que de haber tenido esa cita ellos se hubiesen convertido en novios.
—Que ella pensara eso no quiere decir que hubiese pasado realmente—respondo molesta.
—Yo te iba a pedir que salieramos esa noche.
Siento una punzada en el pecho al escucharlo decir eso.
—Y te iba a confesar lo que sentía por ti. Dime entonces si el reto no cambio algo. Dímelo.
—Phineas no se...no se que decir ¿por qué no lo hiciste antes?
—Siempre tuve miedo. Quería aprovechar esa noche en la que nos íbamos a reunir, en la que estaríamos en Danville por las vacaciones de Navidad.
—Phineas...—hago una pausa y miro el piso, aprieto el barandal con fuerza, cierro los ojos y lanzo un suspiro para verlo a los ojos— ...es tarde. Voy a casarme con Ferb, tuviste tres años para decirme esto, más bien tuviste más de una decáda.
—Tengo una teoría.
—Ya me lo habías dicho.
—Puede que ella haya viajado en el tiempo.
—Phineas que estupideces dices, encerio empiezo a creer que enloqueciste.
—Tu más que nadie sabes que eso es posible. Candace ya una vez cambio el futuro.
—Pero Candace es tu hermana, lo que quiere decir que tiene acceso directo a sus inventos. Ya una vez Ferb y tu quisieron lanzar al mercado una máquina del tiempo pero pensaron que era mala idea por eso mismo. ¿Dime Phineas cómo esa chica pudo tener una máquina del tiempo?
—La del museo por ejemplo.
—Nadie sabe que funciona.
—Pudo saberlo.
—¿Por qué justo cambiaría nuestro futuro?
—¡No lo sé! pero lo hizo, por ella ustedes están juntos, ella apareció el día indicado en la fecha exacta en que me decidí a declararme, la fecha exacta en que seríamos novios y problablemente también Ferb y Vanessa, la fecha exacta en que nosotros viajamos a Danville. Además ella te dijo que ustedes harían bonita pareja, que merecías un buen amor correspondido. Dime si ahora lo que dije no tiene sentido.
Me ha dejado sin palabras pero debo responder.
—Puede...puede que tenga sentido, pero no es posible.
Phineas se pone un dedo en su oreja para escuchar lo que le dicen por el auricular que le dio la organizadora de bodas hace unos minutos.
—¿Es hora de qué empiece la ceremonia?—pregunto.
—Si—susurra.
Me toma ambas manos y me mira directo a los ojos.
—No lo hagas, no te cases con él. Yo te amo.
Lo miro a los ojos y me pongo a pensar que hacía muchos años no teníamos esta cercanía, hace mucho no veía de cerca a esos ojos azul brillantes...no desde la última vez en que casi nos besamos en el parque a la luz de un bello atardecer, de nuevo nos veo en ese momento mágico en el que fuimos interrumpidos.
Siempre lo quise a él, desde el principio pero poco a poco fuí quieriendo a Ferb y ahora él es con quien quiero pasar el resto de mi vida, debo admitir que con esa mirada el pelirrojo me confunde pero debo ser firme pensar con la cabeza.
—Yo te quiero—susurro y una sonrisa aparece en sus labios—Pero como a mi amigo.
De inmediato su sonrisa desaparece y es remplazada por un ceño fruncido, baja la mirada al suelo luego la sube a mis ojos y baja a mis labios. Pone ambas manos en mis hombros y se acerca para poner sus labios sobre los míos, lo venía venir pero no lo evite aún así no puedo evitar abrir los ojos con sorpresa y aún me resisto a su beso. Cierro los ojos y ladeo la cabeza coloco un brazo rodeando su cuello y continuo moviendo los labios. Esta mal, estoy a punto de casarme y no con cualquier hombre, estoy por casarme con su hermano pero siempre anhele este momento en mi vida y ahora que alfín a llegado no quiero que acabe, sus manos van bajando hasta llegar a mi cintura y mi otra mano llega hasta su cabello, cierro la mano y lo jalo el muerde mi labio, pasan unos segundos en los que me olvido de todo y solo pienso en nosotros pero no puedo, no cancelare mi boda...ya no amo a Phineas.
Al separarnos acaricio su mejilla con una sonrisa.
—Yo me casare con él, lo siento esto no puede repetirse. Debo bajar.
—Esta bien, hice menos de lo que pude haber echo pero necesitaba hacerlo, no podía dejar que te casaras sin saberlo. Te entiendo—me da un beso corto en los labios—Te amo, siempre te amare y siempre estare para cuando me necesites aunque sea como tu mejor amigo ¿Entiendes?
Yo asiento.
—Vamos, prometí que te llevaría al altar—me dice ofrenciendome su brazo.
Sonrió y le doy un abrazo.
—Perdón pero es una relación de tres años, no puedo acabar con esto.
Me separo pero antes debo hacer algo.
—¿Te puedo pedir algo?—le pregunto.
—Si.
—Prometeme que no pararas la ceremonia.
—Isa...
—Prometelo, mira estoy segura que él es el hombre con el que seré feliz el resto de mi vida y no quiero que interrumpas mi boda.
—¿Segura que serás feliz?
—Si.
—¿Y no habra día en el que te arrepientas de esto?
Lo miro a los ojos y al instante siento que habran días en los que me arrepienta muchísimo de no estar con él pero no será para siempre.
—No—susurro.
—Bien, lo prometo. Si tu eres feliz yo soy feliz ¿recuerdas?
Asiento.
Entrelazo mi brazo con el suyo y ambos bajamos.
La organizadora de bodas esta que echa humos por la demora.
—Ya era hora—nos dice con el ceño fruncido—Tengo a la novia repito tengo a la novia—dice a través de su auricular—Empiecen con la música en veinte.
Nos mira fijamente, le acomóda el moño a Phineas y me pasa un mechón de cabello atrás.
—Listos, hemos prácticado esto lo suficiente, caminaran derecho Phineas entregaras a la novia y pasaras a la par de Ferb para tomar tu lugar de padrino ¿ok?
—Ok—respondemos al unisono.
—Bien, diez, nueve, ocho...
Phineas me levanta la barbilla con una mano pues al parecer la tenía baja.
—Te amo—susurra.
—...siete—la organizadora escucha—Isabella tu PROMETIDO te espera—me dice recalcando esa palabra. Yo solo asiento y Phineas me suelta—...cinco, cuatro—continúa ella.
—Te amo—susurro yo, girandome para verlo a los ojos.
Baja amabas cejas. No debí decir eso lo sé.
—...dos, uno.
La organizadora me mueve la cara con una mano para que mire al frente.
—¡Ahora!—grita la organizadora.
Abren las puertas, miro a todos mis amigos y familiares frente a mí este lugar esta lleno. La música nupcial ha empezado, siento un tirón Phineas ha empezado a caminar, camino por innercia.
Miro al frente por primera vez, veo a Ferb sonriente.
<<Sonríe>> me obligo.
Con todas mis fuerzas muevo los musculos de la cara hasta crear algo parecido a una sonrisa. Hasta hace unas horas probablemente minutos no tenía ni una duda, era la chica más feliz del mundo pero ahora me siento alterada, con miedo, mi estómago esta revuelto quiero vomitar, quiero salir de aquí.
Sin darme cuenta he llegado al altar.
A mi lado esta Phineas quien toma mi mano y se la pasa a Ferb, quiero a estos dos hombres pero solo puedo estar con uno. Debo tomar una descición pronto.
Ahora estoy de pie frente a Ferb con la misma sonrisa falsa de la marcha nupcial. La voz de quien nos casa es dispersa.
Siempre ame a Phinny pero desde hace tres años estoy con Ferb, aprendí a amarlo no puedo hacerlo, no puedo habandonarlo en el altar.
—Acepto—dice Ferb sacandome de mis pensamientos.
—Y tu Isabella García Shapiro ¿aceptas a Ferb Flynn Fletcher como tu esposo para amarlo y respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
Hasta que la muerte nos separe, juntos por siempre, por el resto de nuestras vidas.
—Yo...
Miro a los ojos a Ferb quien me ve con una ceja arqueada.
—Yo...
Desvío la mirada pensando que así será más sencillo responder pero me equivoco pues me encuentro con la mirada de Phineas, sus ojos suplican que diga no. Sonríe pero esa sonrisa es tan falsa como la mía.
—Yo...yo...
Debes hacer lo correcto, usa la cabeza Isabella.
—Yo...a...acepto.
Lo he dicho, ya esta. Aún así no estoy tranquila, he pensado con la cabeza debí hacerlo con el corazón.
—Si hay alguien que se oponga a esta unión que hable ahora o calle para siempre.
Miro a Phineas, esta dudoso pero no impedira la boda porque se lo he pedido...entonces debo hacerlo yo.
Estoy por mover la boca al igual que Phineas.
—¡Yo me opongo! ¡paren la boda!
No he sido yo, no ha sido él ¿Entonces?
Me giro al igual que todos en la misma dirección.
En el umbral esta una hermosa chica pelirroja de ojos azules que ha abierto las puertas de golpe y entra corriendo. Tras de ella viene un chico castaño igualmente tiene ojos azules, parecen tener 16 años y extrañamente me resultan familiares pero se que nunca los he visto.
—¿¡Quién rayos eres!?—grito molesta—¡¿Cómo te atreves a interrumpir mi boda!?
Se lo agradesco pero ya que esto ha parado debo actuar como si no hubiera estado apunto de gritar que pararan con la ceremonia.
—Soy Ma...
—No lo digas—interrumpe el chico junto a ella.
—No te puedo decir quien soy pero ustedes dos no se pueden casar.
La chica pelinegra que Phineas me enseño hace minutos se levanta y camina hacia ambos chicos.
—Lo lamento—los toma por los brazos—Son mi amm...sobrina y su amigo. Les gusta hacer esta clase de cosas.
—Sueltame—dice la pelirroja intentando safarce de su agarre.
La chica le susurra algo y se calma. Él chico frunce el ceño.
—Tenemos que irnos—dice la pelinegra con una sonrisa—Olviden esto, continuen con la ceremonia.
Los hace caminar hacia la puerta. La pelirroja pisa a la chica un par de años mayor que yo y esta la suelta ante el dolor, vuelve a correr hacia mí. Me toma por los hombros y me mueve.
—¡Isabella no te puedes casar!
—¿¡Qué!? ¿por qué?
Tiene ojos de loca, parece desesperada pero si la veo bien tiene los ojos de mi familia, seguro es alguna prima lejana.
—Porque...porque. Él no es tu futuro, tu sabes a que me refiero.
Me giro y veo a Phineas. Veo a esta chica, ese cabello su cabello es como el de...imposible.
—¿Quién eres?—susurro.
—Soy Marie Elizabeth...
Elizabeth, un día dije que si tenía una hija le pondría así.
—Marie Elizabeth Flynn García—continua.
—¿Flynn García?
Todos parecen confundidos, más yo.
—Vengo del futuro...soy hija tuya y de él—señala a Phineas.
Tanto él como yo abrimos los ojos como platos.
—¿Mí...mí hija?


Continuara...