Starco-Llegare a ti Pt.2.

El castillo no se había visto tan lleno desde hacía años, ahora más alto fuerte y poderoso que nunca resplandece con belleza en cada uno de sus rincones pero ahora la habitación que nos interesa es la de nuestra futura reina que está preparándose para afrontar momentos muy importantes en su vida.

Sus azules ojos estaban cristalinos mientras se contemplaban en el espejo así que cuando vio entrar a su amiga de toda la vida forzó una sonrisa.
–Pony head–se giro para verla.
–Asi que todo tu séquito alfin te ha dejado sola después de vestirte como a una muñequita–sonrie ampliamente–Bfly luces tan hermosa como siempre pero tus ojos te delatan.
–¿He?
–Star, te conozco prácticamente desde​ que naciste a mi no me engaña esa sonrisa forzada que usas para situaciones incómodas.
–Pony no se de qué hablas, estoy más que bien ¿recuerdas? hoy es un día importante.
–Lo sé, lo sé. Seguro tu humor está así por ese peinado que te hicieron.
La rubia levanto la mirada y observó la nueva forma de su cabello bajo la corona.
–Es el tipo de peinado que usan las reinas–se escuso desviando la vista.
–Claro, pero aún no eres reina así que podías no haber llevado algo tan extravagante.
La joven miro a su amiga que llevaba al igual que ella un peinado alto solo que menos decorado.
–Ejem.
–Lo sé, lo sé pero me han obligado. No sabes lo difícil que fue.
La rubia sonrió.
–Es el protocolo, más para mi que seré reina en aproximadamente setenta y dos horas. Debo lucir como una reina si quiero serlo–suspiró con pesar–Es lo que dice mamá.
La princesa chasqueo los dientes.
–Bfly hace años dijimos que no seguiríamos protocolos, que siendo reinas podríamos hacer lo que quisiéramos con las reglas. En cuanto sea reina muchas de las reglas cambiarán.
–Lo sé pero eso fue hace años, antes de la batalla. Antes de que viera las cosas de otra manera, ahora entiendo que mamá siempre tuvo razón en muchas de las cosas.
–Jamás creí que tú dirías eso ¿Es por eso qué decidiste no volver?
Star desvió la mirada y observó más haya de la ventana, hacía el horizonte.
–Ya no habían motivos para volver, estaba en la Tierra por mi mal uso de la varita, para poder entrenar lejos de aquí y quizás madurar un poco teniendo que estar sola.
–Pero tú no estabas sola, aunque odie admitirlo el apestorpe siempre estuvo contigo.
La princesa se puso un poco nostálgica al recordar a su mejor amigo, a su antiguo amor.
–Lo estuvo pero al final...al final el que ocurriera lo de Toffee fue lo mejor que pudo haber pasado, en su momento fue un caos muy difícil de afrontar pero ahora todos estamos felices, mamá alfin tiene a la hija que quiso, yo volví a Mewni donde logramos vernos más seguido, el reino volvió a confiar en los Butterfly después de que los salvará, en teoría ahora​ mi control sobre la magia es excelente y Marco–sintió un nudo en la garganta, sucedía cada que lo recordaba–Bueno seguramente por fin pudo ser totalmente feliz con Jackie.
–Tu pudiste haber vuelto, nunca escuchaste lo que él tenía por decir.
–No tenía caso, todos sabíamos la respuesta. Por algo estaba con Jackie ¿no? además mamá comenzó a entrenarme, nuestra relación alfin era buena y no podía volver a la Tierra ya no tenía sentido, este es mi hogar.
–Bien, si tú lo dices.
La rubia camino hacia la ventana para poder abrirla y respirar el aire fresco, nuevamente contemplo las nubes.
–¿Crees qué él venga?–pregunto después de una pausa.
–No podría responder tu pregunta Bfly, han pasado ya siete años y de la nada vuelves. Ni siquiera quisiste verlo, fuiste a casa de sus padres en donde estabas segura que él no estaría. ¿qué sentido tuvo eso para tí?
–Bueno...no...no sabía en donde viviría, como dijiste han pasado siete años.
Pony head la miro con el ceño un poco fruncido.
–Star.
–¿Emm?
–Tienes echizos para encontrar a quien tú quieras en donde sea.
–No sería correcto hacer eso.
Nuevamente le lanzo esa mirada recriminatoria.
–Que hay de la vez en que...
–Se lo que dirás, pero esta justificado. Ese día no me respondía y estaba preocupada por él.
–Pequeña Star, aunque trates de mostrarte como una princesa ejemplar ambas sabemos que sigues siendo la misma Star Butterfly de hace siete años, la misma chica de catorce que fue a otra dimensión por incendiar medio reino en su primer día con la varita real.
Nuevamente desvió la mirada.
–Eso no es cierto.
–¿Qué hay de la semana pasada cuando...
–Se rompió y no quería herir sus sentimientos cuando viniera y viera que se me cayó su obsequio.
Ponyhead rodó los ojos.
–Trató y trató de no usar mi  magia para fines egoístas, además ese no es el punto, quería invitar a los señores Díaz también así que ahorre tiempo.
–Más bien no querias verlo.
–Claro que quería verlo, es mi mejor amigo...bueno lo fue...es sólo que... sólo que...
–Tienes miedo.
–Tengo miedo de que me reclamé el no haber vuelto o peor aún, que ni siquiera le haya importado. Pero podré afrontar que no esté aquí, de echo lo entendería...sólo quería que pudiera estar conmigo en ese momento tan importante en mi vida.
–¿Segura qué no es porque al estar aquí te ayudaría a decidir no hacerlo?
Star se quedó callada unos momentos y después negó con la cabeza.
–Si no me hubieses visto por años ¿acaso no me querrías tener a tu lado en ese día tan importante para ti?
–Umm eso sí, pero a pesar de verte muy segura yo sé que no lo estás.
–Lo estoy Ponyhead.
–¿Alteza?
Ambas se giraron para ver a una de las chicas encargadas de la agenda de la princesa.
–¿Ah llegado alguien?–pregunto muy ansiosa sintiendo una curiosidad que le hacía saltar el pecho.
–Emm no majestad, vengo porque es hora de iniciar con sus deberes.
–Oh claro–expreso con decepción.
–Vamos amiga–le dijo a Ponyhead para que la siguiera.
La chica iba rodeada por muchas personas de su séquito personal.
La reina Moon siempre había tenido la sensación de que Star podía reincidir en lo que ella llamaba rebeldía por eso luego de la batalla que se llevó años atrás empleo a varias personas de confianza para que educarán a la princesa a la vez que le hacían compañía.
–Hoy será muy ocupado alteza tenemos muchas cosas en la agenda, los últimos días como princesa son los más atareados, con el ensayo de la ceremonia, la toma de la corona, su juramento de lealtad y por supuesto la boda real no podemos tomar ni un descanso...
La chica un par de años más grande que Star prosiguió con su charla pero ella dejó de ponerle atención mientras caminaban.
Se quedó más callada de lo habitual mientras escuchaba a diario sus múltiples deberes, contemplo con cuidado el hermoso anillo de compromiso que llevaba en su dedo anular, la gema que se posaba en el mismo era muy extraña y difícil de hayar, ni en Mewni se podía conseguir. ​
Vio el resplandor de un portal abrirse y sintió emoción pero está se desvaneció cuando vio aparecer a algunos parientes lejanos.
Los saludo cortésmente y siguió su camino.
–... después de la comida tendremos que volver a peinarla para el ensayo de la...
Nuevamente un resplandor salió de un pasillo, ya era la cuarta vez que ocurría ese día así que no le tomo tanta importancia, al pasar cerca de este giro un momento observando de reojo quien se encontraba saliendo del portal, fue tan poco el tiempo que apenas deslumbró el cabello castaño de la persona.
–¿Star?–al escuchar esa voz algo conocida por primera vez en años no lo creyó.
Eran ya tantas las veces que había escuchado esa voz entre los enormes muros del palacio mediante recuerdos que pensó que se trataba de lo mismo pero al oír esa voz por segunda, con la alteración del paso de los años supo que era verdad. Él estaba ahí, en Mewni.
Se detuvo en seco y giro de pronto, su séquito de personas se mostró desconcertado.
Camino hacia al pasillo y fue donde lo vio.
–¿Marco?
–¡Star!
La princesa corrió hacia el joven que se encontraba frente a ella.
–¡Su alteza, no debe correr!–grito su profesora encargada de los modales–¡No es propio de una princesa!
Marco se dispuso a correr también para alfin poder estar juntos nuevamente, ambos se abrazaron cuando estuvieron uno frente al otro, el abrazo dado con fuerza estaba lleno de todo ese cariño que alguna vez llegaron a tener.
–Si viniste.
–Tenía que hacerlo, tenía que volver a verte y saber que era real. Cuando mis padres me lo dijeron no podía creerlo.
Ambos se separaron un poco, el joven tomo las mejillas de Star, ambos lloraban con una sonrisa en los labios.
–Creí que jamás volvería a verte Star.
–Lo siento pero era lo mejor en ese entonces.
–Pero ¿por qué? ese día tu...
La princesa se dió media vuelta para ver a la chica de su agenda.
–Cancela mis deberes de hoy.
–Pero su alteza...
–Hazlo.
–Princesa hay mucho que hacer y más hoy estamos a un día de...
–Bien, solo cancela el desayuno con mis padres. Pide una disculpa de mi parte, Marco y yo tomaremos el desayuno en el jardín–nuevamente lo miró a él–¿Tienes hambre?
–Ahora que lo mencionas no he comido nada. En cuanto supe que estuviste en la Tierra y dejaste unas tijeras para mí me vine de inmediato.
–Ok. Diles entonces que preparen un festín.
–Esta...esta bien su alteza–la chica estaba confundida, desde que comenzó a trabajar para la princesa nunca había tenido que hacer alteraciones en la agenda.
De echo siempre le fue extraño que todos le advirtieran que tratar con ella sería complicado, que era una princesa rebelde cuando ciertamente no lo era.
–¿O quieres comer algo en específico?
–Star no lo tomes a mal pero no vengo a comer.
Star sabía a qué se refería su antiguo amigo, esperaba que mencionara ya el echo.
–Sabes que estoy por esto.
Del bolsillo de su pantalón saco una tarjeta arrugada, era color crema con toques dorados.
En letras grandes, cursivas y tan brillantes como el oro obviamente creadas con magia se leía:

La familia real Butterfly se complace en invitarle a la boda real de su amada princesa Star Butterfly con el príncipe Tom Lucitor...

–Es una broma ¿cierto? tiene tanto el sello personal de la Star que yo conocí, volver después de tanto tiempo atrayendome con una pequeña bromita es muy lo tuyo.
–Amm...yo...
–Es una broma ¿cierto?
–Pues...yo
–No es propio de una reina mentir, mucho menos hacer bromas–levanto la voz su profesora de modales que estaba tras Star–Eso es algo que ha dejado atrás su alteza.
Marco miro a la rubia.
–¿Ya eres reina?
–Aún no...será pasado mañana... después de...después de–bajo la mirada, no estaba preparada para decirlo–... después de mi boda. Mi boda con Tom.
Marco abrió los ojos como platos, no se volvío real hasta que ella lo aclaro, hasta que salió de sus ahora rojos labios. Estuvo diciéndose a si mismo que solo era una broma de la juguetona Star.
–No–susurro–No, no puede ser. La última vez que te ví tú estabas...estabas enamorada de mí. No puedes casarte y menos con él.

Continuará...